martes, 8 de mayo de 2012

¿Cómo influye la rutina en nuestra vida?

En la clase de filosofía de hoy, hemos estado reflexionando sobre nuestras preguntas que hemos eligido para hacer el ensayo de este trimestre. Para ello, nos hemos dividido en grupos, colocándonos con aquellas personas que tengan una pregunta semejante a la nuestra y de esta forma poder mostrar y debatir nuestros puntos de vista y opiniones. Durante la "tertulia" hemos tocado un tema que me parece muy interesante ya que concuerda con mi pregunta elegida: RUTINA.
Para intentar informarme más y conocer otras opiniones he buscado en internet y me ha llamado la atención este texto:

LA RUTINA:

Siempre he procurado escapar de la rutina. No hay nada peor que hacer casi todos los días lo mismo. La rutina mata la imaginación. Hace años, cada vez que descubría que me estaba adaptando demasiado a las circunstancias cambiaba radicalmente de manera de vivir. No me permitía ningún tipo de sumisión al fantasma de la rutina. Me he mudado diecinueve veces de casa y he procurado viajar lo máximo posible con el fin de alejarme de mi mundo particular y observarme con perspectiva desde la distancia. Me atrae la distancia. Estar fuera. Pero el mundo se vuelve pequeño y doméstico a medida que pasan los años. La aventura de viajar se ha convertido en algo tan vulgar como ir al cine. Se acabaron los pioneros. Ya todo está descubierto y hay colas de turistas listos para fotografiar el último vestigio de un universo perdido. Lo único que se me ocurre es visitar las antípodas, pero estoy seguro de que allí me encontraría con algún tipo como yo y acabaría maldiciendo el día que tomé la decisión. No me refiero a las antípodas geográficas sino personales. Ir allí donde no haya nada que evoque mi propio pasado. Mi educación. Los cimientos de mi vida.
Suelo viajar en febrero a cualquier país lejano. Otra rutina. Sin embargo, no creo que vaya a ningún sitio este mes. He mirado el mapamundi. Le he dado vueltas y más vueltas al mapamundi y a mi cabeza. Al final, nada me ha atraído con la suficiente fuerza como para decidirme a hacer la maleta. Temo que lo que yo busco haya desaparecido. El mundo entero se ha convertido en un parque temático. La única salida posible consiste en escapar sin moverse del cuarto en el que estamos encerrados. El único boicot a la rutina es ausentarnos mentalmente del lugar en el que estamos. Si todos los empleados estuvieran en la inopia mientras trabajan seguramente se acabarían cerrando todas las empresas. Eso desembocaría en una auténtica crisis. Pero la rutina es poderosa y nos obliga a funcionar. La maldita rutina de tener que comer, dormir, cuidar de las personas que queremos y mantener una vida discretamente cómoda. Me he propuesto ir paulatinamente reduciendo las necesidades hasta convertirme en puro espíritu y nada más.
Lo peor de todo es la rutina de la muerte de la que nadie se libra. Me gustaría ser una excepción, pero resulta muy complicado. Yo diría que imposible. Hay costumbres que matan y la costumbre de la muerte es la más sanguinaria. Ahora dedico todo mi tiempo a tratar de superarla. Pero, ¿cómo se consigue la inmortalidad? Y además, suponiendo que lo consiguiera y rompiese con la rutina de la muerte, ¿qué haría para distraerme durante tantos siglos y siglos sin caer en la rutina?
Al leer este texto, me he dado cuenta que la mayoría de las cosas que hago en mi vida están condicionadas por la rutina: el hecho de levantarme a las siete y cuarto de la mañana, vestirme, desayunar, pasar toda la mañana en el instituto, volver, comer, descansar un ratito en el ordenador o viendo la tele, pasar toda la tarde estudiando, ducha, cena, ver la tele y dormir. Estas acciones las repito día tras día a no ser que tenga alguna actividad extraescolar o sea un día festivo, pero la verdad mi día no varía mucho. Y estos hechos me hacen plantearme que no disfruto de la vida al 100% por 100%, ya que a mí, una tarde en la que hace buen tiempo no me apetece estudiar, me apetecería irme a dar un paseo o directamente disfrutar de esa tarde con mis amigas, pero sin embargo aunque me planteen la posibilidad un mes antes diría que no porque el 21 de mayo, por ejemplo, sé que esta tarde estaré estudiando ya que probablemente tenga exámenes y no puedo desaprovechar esa tarde. Cómo se ve estamos totalmente condicionados por ella, igualmente me apetecería irme de vacaciones cuando quisiera, aislarme del mundo o sencillamente hacer lo que me apetezca en cada momento, pero ¿Por qué no lo hago? Porque en cierta medida ya tengo establecidos los planes de mi día y día, y son muy difíciles de romper, es a lo que nos hemos acostumbrado.
Ya tengo muchas "puertas" abiertas para poder ir contestando a mi pregunta: Los vicios ( drogadictos), la influencia directa de aprovechar el tiempo, exprimir la vida con nuestros seres queridos, la rutina. Por lo que poco a poco debo ir dándole forma al ensayo.
Para disfrutar de la vida al máximo debemos intentar romper nuestra rutina.

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